Contextualización del siglo XV
El siglo XV es un siglo de transición entre la Edad Media y el siglo Renacimiento (siglo XVI). Es considerada una época de cambios, en la que se mezclan elementos medievales con otros que anuncian lo moderno o renacentista. El siglo ha sido llamado “otoño de la edad media", porque refleja la crisis de los valores medievales.
En cuanto a la tendencia política que había en este siglo predomina la concentración del poder en manos del rey que apoya a los florecientes burgueses frente a los nobles y la Iglesia. Se comienza a vislumbrar el absolutismo.
La sociedad del siglo XV es conflictiva. En Castilla, la alta nobleza tiene una posición hegemónica; en cambio, los campesinos vivían en condiciones cada vez más lamentables, lo que provocó un estallido de revueltas antiseñoriales. Las relaciones entre los miembros de las tres comunidades étnico-religiosas (cristianos, judíos y musulmanes) se deterioran progresivamente. Hasta ese momento, habían convivido en un entorno de tolerancia mutua.
Económicamente hablando se produce un aumento de actividades mercantiles, que rompen las barreras de gremios y ciudades. Comienza la era de los de los descubrimientos y las aplicaciones de los grandes inventos.
El desarrollo comercial y económico provoca un crecimiento de la burguesía y la difusión de una nueva mentalidad y sus valores:
o Independencia de los seres humanos
o Importancia del provecho económico
o Interés por el avance científico y técnico
o Ansia de conocimiento
Hubo dos factores esenciales que influyeron en la cultura de la época:
§ Invención de la imprenta: junto a la difusión del papel, permite abaratar los libros que son ahora accesibles a un público más amplio.
§ Desarrollo del Humanismo: movimiento cultural que sitúa al hombre en el centro de su interés. Se revaloriza el cultivo de las letras y de las bellas artes, se vuelven los ojos hacia la Antigüedad clásica greco-latina y se escribe tanto en latín como en lengua romance. Con ello, la cultura se seculariza, es decir, disminuye el peso cultural de la Iglesia.
La mentalidad de esta época se puede caracterizar principalmente por:
Ø El hombre vuelve a tener fe en sí mismo y es consciente de su propia individualidad (homomensura o antropocentrismo, optimismo).
Ø El pueblo es movido por un espíritu materialista, pero su sentido vitalista no se consolida hasta el siglo siguiente, el XVI, con el Renacimiento.
Ø En la Baja Edad Media (siglos XIV y XV), todavía nos encontramos un mundo lleno de contrastes, como retrata magníficamente una obra maestra de esta época, La Celestina.
Se mantuvieron muchos aspectos literarios de los siglos anteriores, aunque también hubo pequeños cambios. En primer lugar, desaparecerán los cantares de gesta, al igual que los poemas del mester de clerecía. Por contra, surgirá el Romancero viejo, que hace resurgir el viejo género épico enriquecido con nuevos temas. Dejando aparte al teatro, la literatura del siglo XV podría dividirse en dos apartados: por un lado, la prosa y, por otro, la poesía.
Entre los escritores más destacados de la poesía cancioneril se encuentran Iñigo López de Mendoza, alias marqués de Santillana, y Juan de Mena durante la primera mitad del siglo XV. Mientras que en la segunda sobresale la figura de Jorge Manrique, conocido por Coplas a la muerte de su padre.
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